Para muchos investigadores resulta fascinante la manera cómo las personas nos relacionamos con distintos grupos de referencia y el papel que cumplen los símbolos en este complejo proceso social. En buena medida, los símbolos que compartimos conforman un acervo cultural e histórico cuya descripción y sistematización define uno de los horizontes de las ciencias históricas. Cuando nos atrevemos a pensar en las comunidades de psicólogos como grupos de personas cuyas prácticas y relaciones se encuentran estrechamente mediadas por símbolos, surgen interesantes y refrescantes formas de comprender el ejercicio de la ciencia como una actividad humana que trasciende los escenarios académicos. A continuación invito al lector de este blog, independientemente de su nacionalidad, preferencia conceptual o área de trabajo, a que se permita por un momento adoptar esta visión sobre la historia de la psicología.

Tradicionalmente hemos celebrado en Colombia el día del psicólogo el 20 de noviembre, día en el que Consejo Directivo de la Universidad Nacional de Colombia presidido por el Ministro de Educación, Joaquín Estrada Monsalve y el Rector, Gerardo Molina, aprobó el acuerdo 231 de 1947. En este acuerdo se amplió la Sección de Psicotecnia del Laboratorio de Fisiología, transformándose éste en una instancia independiente con el nombre de Instituto de Psicología Aplicada. Los psicólogos en Colombia hemos dado a esta fecha una importancia particular, sustentada en diversos relatos de historia de la psicología en Colombia que señalan la creación del Instituto como punto de partida de la psicología nacional por tratarse del primer centro de formación profesional en la disciplina.

Tradicionalmente, las narraciones históricas de la psicología en Colombia han sido escritas por quienes fueron sus protagonistas o, en el caso particular de la fundación del Instituto, por quienes estuvieron en contacto de alguna manera con los actores participantes en estos eventos. Tales narraciones han contribuido de forma importante a la consolidación de la psicología nacional. Sin embargo, dado el crecimiento de nuestra comunidad, el diálogo interdisciplinario que nutre las actuales discusiones en historia de la ciencia, los intereses manifiestos de psicólogos graduados y en formación y la creciente relevancia de la historia de la psicología para diversas indagaciones sociohistóricas, podría decirse que es un momento propicio para que el estudio de nuestras dinámicas históricas pasen a ser también una tarea de las nuevas generaciones.
Aquellos que tenemos la honrosa tarea de acompañar a los nuevos estudiantes de psicología en su iniciación en la historia de nuestra disciplina, con frecuencia nos inclinamos a presentar una serie de eventos secuenciales inevitablemente enfilados hacia la constitución de la psicología como una ciencia tal como la conocemos en su estado actual. En ocasiones inundamos nuestras clases de relatos descontextualizados, unidireccionales, planos y cuasi-heroicos (la llamada historia whig) que silencian las complejas dinámicas a través de las cuales los campos disciplinares se configuran, estabilizan y transforman. A diferencia de lo que relatan la mayoría de cronologías de la psicología, las dinámicas de consolidación de un saber conjugan una serie de eventos y situaciones que constituyen retos empíricos y conceptuales para la investigación. En este sentido, delimitar un momento específico en el que se funda una disciplina en realidad se sostiene sobre un supuesto engañoso, que resulta en fechas que enseñamos a nuestros estudiantes, silenciando precisamente esas dinámicas simbólicas, sociales y culturales que dan forma a los eventos históricos de nuestra disciplina.
Recientemente hemos visto en Colombia una importante movilización de profesionales interesados en la historia de la psicología, algunos de ellos con formación en historia, filosofía o estudios sociales de la ciencia, entre otros campos transdisciplinares. Por esta razón, el Colegio de Psicólogos de Colombia (COLPSIC) y la Asociación Colombiana de Facultades de Psicología (ASCOFAPSI) realizaron la convocatoria Nación Psi en 2010, con la cual brindaron apoyo institucional para el desarrollo de distintas iniciativas de investigación formuladas por psicólogos de todo el país. Gracias a ello fue posible adelantar estudios que exploran distintos momentos significativos en la configuración de la psicología en la sociedad colombiana y de la sociedad colombiana por medio de la psicología. Así, por ejemplo, Gilberto Oviedo (2009) ha descrito el conflicto, a la vez político y científico, ocurrido en la Nueva Granada en el siglo XIX, entre la psicología tomista y el nuevo pensamiento psicológico de Europa occidental. Por otra parte, Sebastián Soto ha descrito la cercana relación entre psicología y psicopedagogía en las actividades intelectuales y prácticas de Agustín Nieto Caballero, entre los años 1914 y 1935, que harán del Gimnasio Moderno de Bogotá uno de los primeros laboratorios en el mundo en la aplicación de la llamada pedagogía activa. Asimismo, en torno a la firma del acuerdo 231 de 1947 en la Universidad Nacional, Bruno Jaraba (2011) ha reconstruido las fuertes tensiones entre distintos sectores de la institución sobre las implicaciones sociales del uso de las pruebas psicométricas para seleccionar a los estudiantes de la Universidad Nacional destacando que diferentes argumentos políticos fueron esenciales en la toma de esta decisión administrativa. Algunas décadas después, diferentes debates públicos en torno a las primeras aplicaciones de la Terapia del Comportamiento tuvieron lugar en la institución carcelaria El Buen Pastor en los años 70, los cuales estuvieron relacionados con la consolidación de la psicología como una experticia terapéutica y su independencia con respecto a otras disciplinas en ámbitos académicos y legales, como ha mostrado quien esto escribe.
En realidad, la lista de eventos importantes que podrían constituir símbolos de la transformación de nuestro campo disciplinar podría ser muy larga y tal ejercicio dista del objetivo de este escrito, sin embargo me he permitido mencionar algunos para sugerir que tales circunstancias no sólo rodean la firma del acuerdo 231, sino que lo incorporan dentro de la complejidad que representa la conformación de la psicología colombiana que conocemos hoy. Quizás la fecha del 20 de noviembre constituye un símbolo de los cambios generados por la circulación de la psicología en Colombia que ha captado la atención de distintas versiones de la historia por su formalidad y centralidad, sin embargo se trata sólo de uno de muchos otros momentos que debemos tener presentes para comprender la psicología como el resultado de diferentes transformaciones históricas.
Sea el Día del Psicólogo en Colombia un momento para conmemorar todos los eventos que han resultado en el reconocimiento y la transformación de nuestra disciplina en la academia y la sociedad Colombiana. Sea también una fecha para que los psicólogos del país y de la región reconozcamos la importancia que la investigación en tal área merece, fomentemos los intereses investigativos de nuestros estudiantes y demos a este ejercicio académico la relevancia que acredita dentro del crecimiento de la disciplina, como una forma de entender las dinámicas sociales y culturales que posibilitan nuestra identidad académica y profesional.