Hoy, 13 de abril, se celebra el Día nacional de la psicología en Cuba, por lo que extendemos un cálido saludo a psicólogas y psicólogos del hermano país.
La fecha, fijada en 2004 por la Junta Directiva de la Sociedad Cubana de Psicología, conmemora el natalicio de Enrique José Varona, filósofo, pensador y pedagogo cubano, quien tituló Psicología a una de las tres secciones de las conferencias filosóficas dictadas en la Academia de Ciencias entre 1880 y 1888 (ver). De esa manera, el gremio psicológico cubano de hoy rinde homenaje a su rica y extensa historia, pues si bien la formación profesional se inició en 1962, los estudios y debates sobre el tema se remontan hasta mucho antes, como demuestran las obras de Varona.
La psicología profesional y académica cubana, constituida con posterioridad al triunfo de la Revolución, es por supuesto un caso histórico de capital interés, dadas las particulares condiciones de su desarrollo. No sólo se sustrajo del influjo estadounidense, tan notorio en la psicología de otros países de la región, mientras establecía estrechos lazos con la tradición soviética, sino que también desarrolló formas autóctonas y específicas de ejercicio profesional, como un fuerte énfasis en la psicología de la salud, extraño a ambas corrientes dominantes.

Todo lo anterior está ampliamente documentado por los trabajos que colegas cubanas y cubanos han realizado para recuperar y conservar su propia y distintiva historia, como los recientemente publicados en el monográfico de la Revista Interamericana de Psicología sobre psicología en el Caribe (Gonzalez Rey, 2013; Louro Bernal & Bernal, 2013), o el de Carolina de la Torre, aparecido en el dossier sobre historia de la psicología latinoamericana de la revista Psicología para América Latina, así como también esta importante contribución de la maestra Noemí Pérez Valdés.
Que el día de hoy sea la ocasión para volver a tan rica historia y que la psicología cubana se proyecte hacia un futuro promisorio.